sábado, 15 de agosto de 2009

Preguntas

Y la noche llegó mientras deambúlabamos por la calle. Yo me preocupaba por el frío que se arrojaba a nuestras mejillas y por la extraña gente que desconocí. Sujeté su mano y apreté por el temor, pero mi rostro disimulaba seguridad. Ella iba inquieta, mirando el suelo y volteando para todos lados, siempre con su mirada agachada, yo ahogada en mis pensamientos, los que se interrumpieron cuando dijo: -Nos sigue nuestra sombra ¿te fijas?- y rió discrétamente mientras saltaba y escuchaba mi discurso sobre las luces de los faroles. Guardé silencio y continué pensando en las cuadras que faltaban por caminar.
-¿Por qué nos sigue la luna, mami?-
-Pues... nos acompañará a nuestra casa y jugará toda la noche con nosotras- le contesté titubente mientras sus enormes ojos resplandecían alegres. Ambas miramos a la luna llena silenciosas. Pensaba en la relatividad del movimiento y en el punto de referencia tratando de crear fórmulas en mi cabeza, salí de mi intento fallido de hipótesis para centrarme en la expresión de mi niña, tratando de avidinar qué era lo que ella pensaba, pues seguramente sería algo fantástico divertido. Entonces una nueva idea brotó en mi: ¿desde cuándo abandoné la ingenuidad y la creatividad? Nisiquiera estoy consciente de eso.
El camino restante brincó y sonrió... ama a la luna más que yo misma. Ama el sol más que yo misma, me ama a mi más que yo misma.
Sin duda, es mi gran ejemplo.


Feliz cumpleaños, princesa.
Eres mi luz, mi sol, eres mi pretexto, mi motivo y mi excusa.
Eres la razón de que aún esté aquí, dispuesta a aprender y a vivir.
Eres más de lo que merezco. Eres mi diosa.
Eres lo único que tengo.

No hay comentarios: